Lo que me llevó a descubrir enfoques, herramientas y metodologías psicoterapéuticas fascinantes y diferentes.
Me ofrecieron un mapa completo y profundo de lo que estaba sucediendo en cada momento.
¡Boom! Ahora sí que sí.
Mi intuición era certera. Podíamos ir más allá.
Por ello me he formado a lo largo de todos estos años en enfoques diversos y complementarios como la terapia familiar sistémica, los modelos de abordaje desde el trauma psicológico y emocional, en teoría del apego, herramientas de reprocesamiento cerebral, Brainspotting, enfoque de género, corporalidad, IFS (Internal Family System), Coaching e intervención estratégica, PNL (programación neurolingüística), Yoga sensible al trauma, Modelo PARCUVE, entre otras muchas cosas. Si quieres puedes curiosear en mi CV.
Paralelamente, en mi área personal todo este bagaje estuvo acompañado de mi propio proceso de transformación interior.
Yo también atravesé mi propia “noche más oscura del alma”, como diría Mario Alonso Puig.
Yo también he tenido que enfrentarme a mis propios fantasmas internos, mis pupitas del corazón, mis miedos e inseguridades (reales e infundadas), superar relaciones tóxicas y amargas, cambiar mi vida por completo, dejar viejas “partes de mi” atrás …
Yo también me perdí.
Me desconecté profundamente de mí misma. Me rechacé.
Y, en mi propio descenso a la oscuridad, pude encontrar un gran acompañamiento y sostén.
Me dejé sostener en esos difíciles momentos, sabiendo que al final, la sabiduría estaba en mi.
Experimenté en mis propias carnes las bondades de todas las herramientas de las que hoy dispongo.
Sencillamente, se llama Coherencia. Valor fundamental e imprescindible para mi.
El cual trato de que sea mi estrella polar en la vida.
Ahora, no concibo el acompañamiento psicoterapéutico sin tres pilares básicos:
- el trabajo personal
- la supervisión
- la formación continuada.
Sencillamente no es negociable.
A través de este camino, hoy puedo decir que cada vez me siento más yo misma.
Liberada, Serena, en Calma, Consciente, con más Firmeza y Determinación. Abrazando cada una de las facetas que habitan en mí, con amabilidad y compasión, sin juicios ni culpas ni más vergüenza.
¡Y qué bien sienta!
¿Te unes al mejor viaje de tu vida?
Te acompaño encantada.
Un abrazo,
Patricia.